miércoles, 12 de enero de 2011

“ESTILOS RADICALES. Algunos autores y otros desvíos de la no-ficción por las rutas de Asia”


“…En proposiciones tales como “cine de terror asiático” o “cine de autor asiático”, pesa más la denominación de origen que el género. La proposición “cine documental asiático” representa, en este sentido, una doble excentricidad: es el borde exterior de un borde exterior. (…). En este sentido, y en lo que respecta a la cultura cinematográfica global, el “cine documental asiático” no existe. Es decir, no aparece como tal en el mapa dominante que indica los jalones históricos y teóricos de la no-ficción.

Los mapas de la estética del cine han sido trazados como rutas de un largo e incansable proceso de auto-cuestionamiento, de puesta en crisis de la autoridad del cine para representar lo real. En este sentido, la no-ficción representa una cierta vanguardia que anticipa los problemas. Ahora bien, si se considera a nivel regional, la historia de la no-ficción se halla supeditada a los diferentes ritmos sociopolíticos y culturales de cada zona, con las diferencias que le son propias. Por decirlo de otra forma: la no-ficción se halla más urgentemente vinculada que la ficción a las necesidades prácticas –de orden didáctico o político, por ejemplo- que solicitan el lugar y la época. Aunque resulte paradójico, el hecho de no tener que competir en mercado ofreciendo a la vez una alternativa y una semejanza con el producto extranjero dominante (Hollywood), limita y libera la práctica de la no-ficción, cuyos artífices pueden concentrarse en resolver, por así decir, sus propios problemas sin necesidad de medirse con un referente exterior ni convertir el suyo en producto exportable por sus aportaciones a la estética del cine.
(…)
Al menos una parte fundamental del cine de ficción asiático que ha dejado su impronta en la cultura fílmica contemporánea, basa buena parte de su singularidad en la reformulación del realismo. Dicho de otra forma: importamos aquel cine de ficción asiático, al menos en su vertiente de “arte y ensayo”, que desde la apuesta por una estética observacional reescribe la tradición realista de la modernidad. En este sentido, los documentales asiáticos tropiezan con la dificultad de que la demanda internacional (…) se dirige precisamente hacia películas de ficción que “parecen” documentales. El documental propiamente dicho (…) representaría para el “mercado del gusto” contemporáneo una innecesaria redundancia. Naturalmente, hay excepciones, pero conviene revisar con detenimiento por qué lo son.”


Extracto de:

Luis MIRANDA: “Estilos radicales. Algunos autores y otros desvíos de la no-ficción por las rutas de Asia”, en Antonio WEINRICHTER (coord.): .DOC. El documentalismo en el siglo XXI, Festival de San Sebastián, 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario